La última información de la cual disponemos (es probable que haya datos nuevos, aunque no creemos que cambien sustancialmente la situación) estaría indicando que existen en nuestra ciudad 2751 usuarios del servicio de agua potable, prestado por la Cooperativa de Obras y Servicios de nuestra comunidad.

Esto es apenas  la mitad (en realidad, menos) de los domicilios existentes, de lo cual se deduce que el resto de los hogares de la planta urbana se proveen de agua potable a través del sistema de tanques emplazados en los distintos barrios de nuestra ciudad.

Esto nos pone frente a una situación que no admite dudas: el agua potable debe llegar en cantidades suficientes y con niveles de calidad más que aceptables a los tanques comunitarios.

La información disponible nos dice también que hay 647 usuarios (la franja de más consumo) que utiliza el 71 % del agua que se potabiliza, pero solo representa el 24 % del total de los consumidores. En la otra punta, habría 2104 usuarios (76 %) que solo gastan el 29 % del agua que se procesa.

Conclusión: hay una franja relativamente pequeña que estaría consumiendo sin demasiadas economías; en compensación de esto, hay una franja mayoritaria que estaría usando el agua potable solo para la cosas esenciales (cocinar, beber, etc).

Si la disponibilidad de agua potable sería un elemento abundante y el proceso para transformarla en tal fuera simple y sencillo, no habría demasiadas objeciones. Pero lamentablemente, no es así, cada litro de agua que se obtiene cuesta mucho esfuerzo, por lo tanto, tenemos la obligación de usarla con absoluta racionalidad, priorizando las cosas que son esenciales. ¿ Lo estamos haciendo?.

Se dice que llegado el verano (el tórrido verano ceresino), el municipio necesitará que la Cooperativa le provea 60000 litros diarios de agua, lo que sumado a lo que procesa la planta municipal, estaría alcanzando para que los tanques comunitarios estén convenientemente asistidos.

Esto no admite medias tintas, no hay espacio para la duda, no es posible un razonamiento del tipo “si puedo te lo doy y si no, lo lamento, pero no te lo doy”. El agua tiene que estar, hay que encontrar los modos, a través de una política que apunte a un uso muy racional del agua, que este elemento tan vital llegue a todo el mundo.

Y aquí vale una apreciación que no es menor: los que más necesitan el agua son los sectores más vulnerables de la sociedad ceresina, paradójicamente, son siempre los que mayores riesgos corren de no tenerla.

No estamos hablando aquí de algo que podría ocurrir, esto de hecho ya ocurrió el pasado verano y la provincia debió auxiliarnos con costosos envíos de agua transportada en camiones – cisterna. A cambio de ello, la provincia podría ayudar a que soluciones el problema localmente, sería, seguramente, mucho mas razonable y sobre todo, mucho menos oneroso.

No se trata aquí de culpar a unos y de absolver a otros, lo delicado de la situación obliga a que Provincia, Cooperativa, Municipio (Concejo y Ejecutivo) y las organizaciones de la comunidad discutan el problema y con inteligencia e imaginación encontremos la fórmula para que el agua potable llegue a todo el mundo.

Como decimos siempre: entre un montón de gente que vive junta sin que a unos les interesa demasiado la suerte de los otros y una comunidad en donde la solidaridad y el avanzar con todos es la bandera principal, hay un abismo de diferencia.

Estamos totalmente convencidos que el segundo criterio es el que prevalece entre los ceresinos y la solución que encontremos para este problema del que estamos hablando, seguramente corroborará con absoluta claridad que es así.

Carlos A. Masento

Concejal  Map – Nuevo Encuentro

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