La noche del martes tuvo en el CET de Atilra un encuentro particular, porque unos 700 tamberos y trabajadores rurales presenciaron el primer encuentro que se dio abiertamente entre la gremial lechera y los productores. Como parte de un proceso de crisis, donde los precios de la leche no dejan de bajar al productor e internacionalmente, esta idea de reunión esperanzó a muchos de los presentes, que se ilusionan con que una reunión pueda abrir una oportunidad de mejorar las condiciones.
El anfitrión, Héctor Ponce, como secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera, recibió a representantes de la Asociación de Productores de Leche de la República Argentina, incluyendo en el escenario a Marcelo Garello, Juan Manuel Otero, Daniel Oggero, Daniel Blangetti; y Mariano Vidal. La convocatoria escuchó en todo momento que se necesita compromiso y más apoyo, para sustentar futuros acuerdos.
“Para realizar este tipo de reuniones tuvimos en cuenta objetivos idénticos o parecidos, se debe llegar al mismo puerto de destino. Si tenemos la misma línea de pensamiento, si existen posibilidades o no de mantener acciones conjuntas”, teniendo en cuenta que los derechos de todos los trabajadores sean mantenidos, por eso llamo a “fijar o no algún tipo de compromiso en estas reuniones y como en la vida es necesario que nos sinceremos, con debilidades y fortalezas”.
Su reconocimiento fue que “ha habido una zanja entre el productor lechero y el trabajador de la industria láctea, aunque nunca existió ningún inconveniente, ésto tiene que ver con los prejuicios, los intereses que tenemos son absolutamente comunes”, sin embargo enfatizo que “siempre han existido factores exógenos que exageraron las diferencias”.
Se puso de relieve que “el productor es el basamento esencial de la actividad” por eso les traslado a los presentes que “podemos ser felices por la felicidad de ustedes, pero hay factores externos que conspiran contra la relación de las partes”.
Esta alusión se da sobre las empresas, que fueron el punto de referencia que por momentos cargada de ira rozó la irracionalidad de debatir las posesiones de cada industria o familia a cargo, a lo que se añadió que las cargas salariales no son el punto, para las empresas, que afecten más en las cuentas derivadas en las bajas “inaceptables”, a la producción.
Marcelo Garello, presidente de Apla empezó criticando asambleas tradicionales, en las que se llenaban de números pizarrones y remarcó que “no vamos a hacer nada que ustedes no quieran”, con un concepto tan obvio que se hace innecesaria la referencia.
Les pidió a los tamberos, “hacer una alianza entre nosotros para poder hacer una alianza con otro gremio”. Esa fue la palabra clave de la noche, para fundir parte de los gremios, con un objetivo no tan claro en las expresiones directas.
Ciertamente sostuvo que “no se puede sobrellevar una actividad que se discute cada 30 días” pero también hay que apuntar dentro de lo productivo a mejores resultados que puedan aportar una mayor fuerza, cosa que no se mencionó en ningún momento y que vale a la hora de negociar.
Como si fuera una idea abrupta, Garello dijo en voz alta, “¿por qué nosotros producir, ATILRA procesar y venderle al mundo, por qué no podremos hacer algo grande entre ambos?”. Este sería el gancho de la unidad, según se puede analizar.
Hubo dirigentes en el estrado deslumbrados por los logros de ATILRA, embelesados por las condiciones para desarrollar una asamblea que no tuvo ambiente de tal y distó mucho de generar un espacio de propuesta más concreto de los asistentes, dejando el lugar a un encuentro de apoyo directo de las decisiones que tomen los dirigentes.
Daniel Oggero, dio un paso más diciendo que “tenemos que lograr torcer esta forma de comercializar y defender el producto tranqueras afuera”, con una tarea que también tiene que trabajar sobre las debilidades del sector.
Ponce retomó la palabra para recordar que la solidaridad es difícil de lograr, aunque tampoco se debe ver el esquema planteado con demasiada ingenuidad, porque es la suma de fuerza lo que importa para ambas partes. “Si no dan un salto de excelencia no van a ser más que las otras entidades de tamberos, entonces está en la conducción de Apla y en el acompañamiento de los productores la fuerza para dejar de estar donde están ahora. Ustedes son los responsables del propio destino”, aconsejo Etin, quien añadió que “no tienen que tener miedo de tener poder” para darle pelea a intereses “que tienen que ver con la transferencia de recursos económicos de un sector a otro”.
Como una idea subyacente, se habló de generar “una marca” conjunta. Lo que no se dijo, pero se entendió, es que ATILRA y Apla quieren “una tercera vía”, lo que podría llegar a ser la industrialización de la materia prima a futuro, porque leyendo entre líneas y casi con un tono evangelizador lo que rondó en la reunión fue el avance hacia la convicción que tienen que tener los tamberos sobre un posible cambio, en el que cubren más protagonismo.
“¿Por qué no manejar la lechería, el proceso y la comercialización, incluso al mundo entero?”, remarco Garello, expresando que a partir de ésto y ensayando una forma de plasmar ideas preconcebidas como espontáneas, dijo claramente que se irá por las plantas negociando tambero por tambero, no sólo la mejora del precio de la materia prima sino la permanencia en esa planta.

 

En la platea

 

Un tambero presente habló de la desconfianza que existe entre las partes, pero destacó que el gran desarrollo de ATILRA se hizo con la leche que producen los tamberos. Sin embargo lo más urgente es frenar la baja de la leche.
Hubo pocas intervenciones de productores, pocas consultas sobre los acuerdos futuros y se aprobó la alianza, se aceptó la intención de pedir reuniones con industrias y Gobierno, pero también se alzaron las manos y hubo aplausos al momento de apoyar la idea de reclamar de otras maneras si los resultados no llegan de las maneras formales.
Quizá fue el ambiente distinto el que llevó a representantes de otras entidades a no estar presentes anoche en la construcción a la vera de la Ruta 34 y la 80S, por no estar seguros lo que va añadido a esta alianza estratégica, inédita, extraña para muchos y que sólo con el tiempo demostrará resultados. Unos harán las gestiones de una manera más habitual, se probarán los métodos propuestos anoche y en definitiva será momento de aguardar por la mejora en la lechería, que es lo que convoca a cada encuentro y las ideas sectoriales.

 

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