El vicegobernador de la provincia, Jorge Henn, y el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, pusieron en funciones esta tarde al jefe de la Policía Comunitaria de la provincia de Santa Fe. Se trata de la comisario supervisor, Adriana del Valle Sosa, quien actualmente cumple funciones en la Unidad de Protección de Testigos y Querellantes, cargo en el cual también continuará en simultáneo.
El acto se realizó en el auditorio del Ministerio de Seguridad y estuvieron presentes el secretario de Seguridad, Gerardo Chaumont; el fiscal regional de la 1ª Circunscripción Judicial del Ministerio Público de la Acusación, Ricardo Fessia; el director provincial de Proximidad Policial, Daniel Medus; el jefe y subjefe de Policía de Santa Fe, Omar Odriozola y Raúl Ardiles, respectivamente; los intendentes y representantes de las 16 localidades que cuentan con Policía Comunitaria, y los jefes de las 32 casas comunitarias.
El flamante jefe dependerá operativa y funcionalmente de la Dirección Provincial de Proximidad Policial, y administrativamente del Jefe de Policía de la provincia. A su cargo tendrá la gestión de las 32 casas comunitarias distribuidas en 16 localidades de la provincia de Santa Fe, que actualmente cuentan con casi 1300 efectivos.
En alusión al accionar de la Policía Comunitaria, Henn dijo que “al recorrer los barrios intervenidos por la Policía Comunitaria fue muy importante ver la gran satisfacción por parte de los vecinos por poder sacar las mesas y sillas a la calle, volver a comunicarse con el ciudadano, saber quién es su vecino, y eso logra cambiar la perspectiva de la sociedad sobre un tema que nos preocupa y nos ocupa mucho”.
“La Policía Comunitaria es una experiencia exitosa en nuestra provincia, que permitirá lograr esa cohesión social que necesitamos y poder trabajar en conjunto para cumplir con el objetivo de generar más seguridad”, concluyó el vicegobernador.
Por su parte, Lamberto expresó que “Adriana Sosa tiene un perfil particular para el cargo y su designación tuvo la aprobación de las cámaras de Diputados y de Senadores y de los organismos de derechos humanos”.
“Es el perfil que queríamos transmitir con la Policía Comunitaria –añadió- una policía de diálogo con el vecino, de proximidad, de mediación y, por supuesto, de protección porque no dejan de ser policías”.
“La Policía Comunitaria nos exige una preparación especial, y hay que seguir trabajando en ello para lograr el objetivo de ser una fuerza de proximidad, atento a lo que pasa en el barrio y que esté en diálogo constante con el vecino, que haga vínculos de confianza con el barrio”.
Y por último agregó que “en poco tiempo tendremos especialistas internacionales trabajando para capacitar a todo el personal comunitario y a la jefatura porque queremos extender este perfil a toda la policía de la provincia”.
POLICÍA COMUNITARIA
La Policía Comunitaria es una fuerza creada en el marco del Plan de Seguridad Democrática para intervenir de manera específica y con un perfil innovador en los barrios que presentan contextos vulnerables. La iniciativa tiene como objetivo profundizar un conjunto de acciones tendientes a mejorar la calidad de vida, la convivencia y la seguridad de todos los ciudadanos.
Se trata de un nuevo actor público con capacidad para establecer vínculos estrechos con el vecino, conocedor del entorno donde presta servicios y de sus problemas. Está integrada por personal policial que no realiza tareas administrativas ni depende de una comisaría, sino que busca vincularse con los vecinos e instituciones, marcando la presencia en el barrio.
De esa manera, el agente comunitario construye alianzas con las autoridades locales –públicas y privadas– para un mejor desarrollo de las actividades de prevención del delito y de la violencia.

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