El gobernador de Santa Fe destacó la organización y el trabajo solidario para conseguir la propiedad de las tierras. Para las obras de urbanización y dotación de servicios se convocará a los propios vecinos.

Tras la aprobación en la Legislatura del proyecto para la expropiación de los terrenos en los que están asentadas 365 familias del barrio Cullen, en la zona oeste de Rosario, el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, impulsor de la iniciativa, celebró el logro junto a los vecinos y explicó cómo serán los pasos a seguir para el ordenamiento territorial y la ejecución de obras necesarias para dotar de servicios a las 12 hectáreas involucradas.

“Esta es una gran noticia y los que merecen el aplauso son ustedes porque la verdad que la pelearon durante muchos años”, destacó el gobernador y agregó: “No es fácil mantener una organización a lo largo del tiempo, sostener la lucha por el miedo a perder lo poco que se había logrado construir, y las amenazas de desalojo. Todo eso quedó atrás. Ahora tenemos que aprovechar el tiempo para organizarnos mejor y trabajar lo más rápido posible para que los resultados se empiecen a ver”.

El plan integral de acceso justo al hábitat en barrio Cullen consiste en urbanizar el extenso sector de Empalme Graneros de 12 manzanas de extensión (limitado por avenida Sorrento, Cullen, Schweitzer y el arroyo Ludueña) y dar solución definitiva a un barrio que creció en medio de un juicio de desalojo que ya llevaba más de dos décadas.

“A este asentamiento lo vi nacer y crecer a lo largo de los años, y siempre nos faltaba algo para encontrar una solución. Ustedes se organizaron, dieron un ejemplo de solidaridad entre los vecinos. Hubo mucha gente que colaboró, que trabajó junto a ustedes como Analía Carrió, para encontrar una solución. Lamentablemente, el egoísmo, la falta de solidaridad, el afán de hacer negocio con la esperanza, los sueños y las ilusiones de las familias humildes que viven aquí, impidieron que pudiéramos llegar a una salida negociada, acordada”, recordó Lifschitz frente a los vecinos.

El gobernador sostuvo que frente a esa situación “tomamos la decisión de cortar por lo sano y pedir la expropiación de esta tierra para que pudiéramos definitivamente tomar posesión y poder hacer un proyecto de urbanización que los contenga a todos, que permita ordenar los lotes, que puedan tener la propiedad, y la escritura de cada uno de los lotes, que podamos mejorar toda la infraestructura de servicios, que podamos ayudarlos a que mejoren sus viviendas, y trabajarlo entre todos porque ustedes viven aquí, conocen el barrio, a cada familia”.

Lifschitz adelantó que en breve se realizará un nuevo censo para poner al día los datos y situación de cada grupo familiar, y paralelamente se actualizará el plano de urbanización. “Ahora hay que ordenar las manzanas, pensar por dónde van a pasar las calles, las líneas de edificación para que queden ordenadas las viviendas, y a partir de allí mejorar la infraestructura y el acceso a los servicios, la energía eléctrica, el agua”, explicó.

En relación a los trabajos por realizar, el titular del Ejecutivo provincial adelantó: “No queremos que los hagan empresas, sino que vamos a aprovechar a todos los trabajadores que viven aquí, que tienen oficios, para que los puedan hacer ellos. Si hay cooperativas de trabajo las vamos a convocar y si no, vamos a ayudar a que puedan organizarse. De esta manera daremos trabajo a muchos de los jóvenes, hombres y mujeres de este barrio para que también puedan aprovechar esto para que tengan una oportunidad de trabajo y mejorar sus ingresos y también su calidad de vida”.

“No va a ser una tarea rápida, porque hay mucho por hacer, pero creo que a más tardar en dos años vamos a poder volver y decir que este es un barrio más de la ciudad de Rosario con todos los servicios y donde todos los vecinos tengan su escritura, una mejor calidad de vida y una mejor oportunidad para todos estos pibes que andan dando vuelta por aquí”, finalizó Lifschitz.

Por su parte, uno  de los vecinos, Arturo Leiva, visiblemente emocionado sostuvo: “Después de tantos años que hemos peleado por la tierra, viviendo nerviosos porque no sabíamos si nos iban a sacar o no, hoy podemos respirar tranquilos”.

La ley aprobada este jueves en Diputados declara el suelo de utilidad pública y autoriza su expropiación. Sin embargo, va mucho más allá ya que también plantea la urbanización, el mejoramiento de las viviendas del barrio, la subdivisión del suelo en lotes, bajo la forma de un loteo social, la apertura de las calles y la provisión de servicios de agua, desagües y energía eléctrica mediante medidores comunitarios.

“Los vecinos van a pagar por sus lotes; siempre tuvieron esa voluntad. El problema original fue que no hubo acuerdo en el precio pretendido por los propietarios del terreno. La posesión definitiva de la tierra va a traer tranquilidad a las familias; a partir de ahora, pueden enfocarse en planificar lo que viene: la mejora del barrio y la puesta en valor de sus viviendas”, explicó el secretario de Estado del Hábitat, Diego Leone.

Los equipos de Desarrollo Social y Economía Solidaria del municipio, por su parte, trabajarán para apuntalar los procesos productivos que ya existen en el barrio, muchos relacionados con la recuperación de residuos. El proyecto culmina con la entrega de escrituras a las 365 familias (según reveló el último censo municipal) que habitan el predio desde hace mas de 20 años.

PRESENTES
Además de Lifschitz y Leone, estuvieron presentes en el acto el senador departamental Miguel Cappiello; las secretarias de Desarrollo Social y de Obras Públicas de Rosario, Laura Capilla y Susana Nader, respectivamente; el director del Servicio Público de la Vivienda y Hábitat, Raúl Alvarez; y el director del Distrito Noroeste, Fernando Leva.

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