Las redes de energía eléctrica se encaminan hacia un paradigma de generación distribuida, donde las fuentes renovables tendrán mayor protagonismo, y el autoconsumo y los denominados prosumidores podrían transformar el sector radicalmente.
El incremento de los precios de la electricidad, las políticas de fomento de las energías renovables y los avances en generación distribuida han promovido entre los usuarios de todo el mundo la idea de generar y consumir su propia energía, pero también de producir un excedente para todos. Un futuro donde todos seremos prosumidores.
Condicionada por el crecimiento de la demanda, el cuidado del medio ambiente y la rentabilidad, la industria de la energía se encuentra en un momento de diversificación y transición a fuentes alternativas. En este contexto las empresas deben tomar decisiones a corto y largo plazo.
El ritmo del cambio impulsado por la tecnología está impactando en cada aspecto de la cadena de valor, desde el upstream, pasando por la operatividad de las redes eléctricas, el monitoreo y medición del consumo, hasta el crecimiento del almacenamiento y la generación distribuida. En el sector de servicios públicos, la tecnología digital habilita una interactividad mucho mayor con los clientes y los procesos.
La generación de energía global experimentará 5 tendencias dominantes en los próximos 25 años y una de ellas será la de los prosumidores, ejerciendo una presión sin precedentes sobre las empresas de energía, eléctricas y responsables políticos.
Según un informe, el boom solar a pequeña escala verá como la capacidad mundial de las instalaciones residenciales y comerciales en las azoteas de los edificios se dispara desde los 204 GW en 2018 a casi 1.800 GW en 2040, multiplicando por 17 veces la potencia instalada. Esto será posible gracias a una caída del 47% en el coste de los proyectos de energía solar por megavatio, y a la mejora en la eficiencia de conversión y de la industria, que avanzan hacia los nuevos materiales y métodos de producción más ágiles.