Los argentinos vivimos, de nuevo, horas de angustia
y desesperanza. Las políticas aplicadas por el gobierno de CAMBIEMOS,
han desatado un conjunto de perjuicios sociales y económicos, que
quienes lo advertíamos, sabíamos que no tardarían en llegar.
Más allá de las justificaciones fiscales y las excusas sobre los contextos internacionales desfavorables, no caben dudas que las recetas aplicadas por la gestión de Mauricio Macri, beneficiaron a los sectores más concentrados de la economía, agravando los niveles de desigualdad, incrementado el desempleo y aumentado la pobreza.
En estos casi tres años de gestión, y a pesar del incumplimiento de conformar un acuerdo programático, la Conducción Nacional de la UCR ha permitido el sometimiento del Partido a un rol secundario en el gobierno, y a muchos de sus principales dirigentes a una vergonzosa condición de aplaudidores serviles de las decisiones que toman entre cuatro paredes, los amigos poderosos del presidente.
No caben dudas que CAMBIEMOS en su origen representó una gran ilusión para millones de argentinos.
La sociedad buscaba un gobierno honesto y transparente, ¿y cómo no sentir Radical esa genuina aspiración?, la sociedad buscaba un gobierno que respetara la división de poderes, ¿y cómo no sentir, otra vez, Radical esa aspiración?
Sin embargo el Partido equivoco el rumbo, por abrazar esas demandas genuinas de vocación democrática, terminamos atados a muchas de las peores políticas que hemos combatimos toda nuestra historia.
En este contexto, bien cabe preguntarse…
¿Cuál es el sentido de la permanencia de la Unión Cívica Radical en CAMBIEMOS, si es un espacio que ya no representa más el pensamiento mayoritario de los Radicales, y desde el cual se humilla constante a nuestra identidad?
No digo nada nuevo si reitero lo dicho aquella penosa noche de Gualeguaychú: un grupo de oportunistas, preocupados por acceder a cargos públicos de la manera más rápida posible, han rifado la confianza de gran parte de los argentinos en nuestro Partido. Y, una vez más, nos intentan hacer cargo de las definiciones políticas de gobiernos antipopulares y de sus consecuencias. Ya no queda mucho tiempo.
Es imprescindible que los Radicales vayamos hacia una nueva Convención Nacional para terminar con este penoso capítulo en nuestra historia.
Urge la consulta a los afiliados de cada una de las provincias y los municipios del país, para que sean nosotros los que expresemos nuestras opiniones sobre la actualidad, y definamos si queremos continuar por este camino de suicidio partidario o si emprendemos la construcción, desde nuestro centenario partido, de una nueva fuerza nacional que le ofrezca a los argentinos una puerta de salida en la crisis.
O los Radicales recuperamos la identidad y nos ponemos del lado de los sectores populares, de los trabajadores, de los desocupados, de los pequeños y medianos comerciantes, de los pequeños y medianos empresarios, de los profesionales, de todos esos que llamábamos “el Pueblo” en “La Contradicción Fundamental”, o enterramos definitivamente la herencia de Raúl Alfonsín, de Hipólito Irigoyen, de Don Arturo Humberto Illia, y de Leandro Alem, bajo la lápida del negocio neoliberal que actualmente conduce el destino de nuestro país.
Es hora de que los Radicales nos levantemos y volvamos a discutir qué Partido somos y cuál queremos ser.
Recordemos el Radicalismo de YPF y las primeras leyes obreras de DON HIPÓLITO, de Ley de Medicamentos y la derogación de los contratos petroleros de DON ARTURO ILLIA, el 14Bis de Moises Lebhenson, y el Juicio a las Juntas, la ley de divorcio vincular y la Patria Potestad Compartida de RAÚL ALFONSÍN. .
Argentina necesita imperiosamente una alternativa democrática, con eje en la igualdad de oportunidades, en la recuperación de los sectores productivos, en la recuperación del Estado como herramienta transformadora de la economía.
ES AHORA, y no se admiten demasiadas dilaciones.
ES AHORA. El momento de convocarnos a debatir y decidir el futuro de nuestro Partido. De sacar a relucir las razones por las cuales nos sentimos orgullosos de ser Radicales.
ES AHORA, o será muy tarde, para salvar del oprobio la memoria de nuestros referentes históricos, y el entusiasmo de nuestra militancia joven.
ES AHORA, ¡la historia nos convoca!. Los Radicales tenemos la obligación de ser la columna vertebral que, junto a otras fuerzas progresistas, le dé esperanza a una sociedad y a un país que necesita salir de una vez y para siempre de la dicotomía entre los conservadores del presente y los corruptos del pasado.
ES AHORA, Radicales. NO HAY MÁS TIEMPO QUE PERDER. LA IDENTIDAD DEL PARTIDO HA SIDO PUESTA EN JUEGO. Y EL FUTURO DEL PAÍS TAMBIÉN.
CERREMOS FORMALMENTE
NUESTRA PARTICIPACIÓN
EN CAMBIEMOS
Jorge Henn
UCR – Ex Vicegobernador
Diputado Provincial
Santa Fe