Abandonaron el bolso con joyas robadas a un sancristobalense, valuadas en medio millón de pesos en la puerta de un destacamento policial

Casi una semana después de que un viajante denunciara que desconocidos le habían robado un bolso con joyas de oro y plata valuadas en casi medio millón de pesos, el “botín” fue dejado en la puerta de un destacamento policial y de esa forma se pudo recuperar las alhajas. El pasado jueves, Ángel Cotrone, oriundo de Santa Fe, había llegado a la localidad de Fortín Inca, departamento Belgrano, para comercializar sus joyas. Más tarde, se dirigió a Bandera, y allí descubrió que había desaparecido su bolso.

Cotrone se presentó en la Comisaría 21 y puso de manifiesto ante las autoridades, que desconocidos habrían abierto su automóvil y se alzaron con el bolso repleto de joyas, valuadas en casi medio millón de pesos.

Inmediatamente se articularon las acciones necesarias para dar con los responsables, entrevistándose con vecinos del sector.

Ayer en horas de la mañana, se pudieron recuperar 833 anillos; 17 pulseras; 5 collares; 23 pares de aros de color plateados y dorados y 84 dijes, que un policía encontró abandonados.

Al parecer, el incesante requerimiento de testimonios entre los vecinos de Fortín Inca, la presencia policial en la localidad y tras varios días de averiguaciones para dar con la identidad del o los responsables, llegaron a buen puerto.

El funcionario policial que debía prestar servicios en el Destacamento Nº 2, al llegar antes del amanecer, visualizó una bolsa de plástico transparente cerca de la puerta de ingreso al edificio y creyendo que podría tratarse de basura, se dispuso a arrojarla en un tacho.

Sin embargo, habría notado que tenía un peso inusual y descubrió que en su interior había piezas de metal brillante, presumiendo que podrían tratarse de las joyas denunciadas. De inmediato se arbitraron los medios para que en presencia de testigos se proceda al secuestro. La hipótesis policial, menciona que posiblemente quien se haya apoderado de las joyas, alertado por la constante presencia policial en el pueblo, haciendo preguntas, se vio obligado a dejar la bolsa abandonada por temor a ser atrapado.

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