El presidente, Alberto Fernández, manifestó que están poniendo las cuentas en orden y que el ajuste, a diferencia de otros tiempos, no lo pagan los que menos tienen «sino los que mejor están».
«Si el concepto de ajuste es a poner orden en las cuentas públicas, es lo estamos haciendo», señaló el jefe de Estado en relación a la ley de emergencia aprobada por el Congreso.
«Es una ley que tiende a ser solidarios con los que menos tienen y busca volver a poner en marcha el aparato productivo. A diferencia de otros ajustes, este no está pagado por los que menos tienen, sino por los que mejor están: los que exportan, los que producen petróleo o metales, el campo, los que están en mejor situación con sus bienes personales», explicó en declaraciones a la señal de noticias TN.
«Hay que pagar en la Argentina un plan para terminar con el hambre, que va a costar alrededor de 100 mil millones de pesos», agregó el presidente.
En tanto, Alberto Fernández renovó sus críticas contra la Justicia al remarcar que «siempre actúa de una manera debido al momento político».
En ese sentido, precisó que «los jueces tienen que saber que no existen más operadores judiciales».
«Me preocupaba cuando detenían gente y estaban durante 4 años sin condena firme y ahora tampoco estoy contento con cierta lógica de la Justicia porque hay presos comunes que siguen de la misma manera. La Justicia acompañó cierta mano dura y no se trata de eso, sino de detener a quien corresponde y dejar libre a quien corresponda. Las críticas que tenía siguen todas en pie», indicó.
Fernández sostuvo que quiere «terminar con esos sótanos de la democracia y que la Justicia se convierta en un juego de pícaros o de delincuentes que extorsionan para sacar ventajas».
«Los jueces tienen que saber que no existen más operadores judiciales, que si aparecen en nombre mío o de la ministra de Justicia, les están mintiendo», añadió.
Respecto a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), afirmó: «La democracia necesita un servicio de inteligencia que deje de espiar opositores y deje de visitar jueces que ve que el poder de turno demanda. La Argentina necesita un servicio de inteligencia que no los espíe a ustedes (en referencia a la prensa) o a mí si fuera opositor».
Por otra parte, el mandatario nacional aseguró que su vicepresidenta, Cristina Kirchner, «está donde tiene que estar» y reveló que habla «mucho con ella» porque lo «ayuda a pensar».
«Tiene ocho años de presidencia, conoce bien la gestión. Tiene la generosidad de que no se entromete cuando tengo que decidir. Nos entendemos muy bien», afirmó.
En materia de seguridad cuestionó la gestión de la ministra Patricia Bullrich y remarcó que fue «muy crítico de la doctrina Chocobar, del peritaje patético de Gendarmería en el caso (del fiscal Alberto) Nisman, el caso (Santiago) Maldonado que quedó turbio».
Asimismo, se refirió a la despenalización de las drogas y en ese aspecto sostuvo que se trata de «un tema complejo» del que «no hay que hablar con ligereza».
«La ONU dice que guerra contra el narcotrafico perdió. No hay que seguir insistiendo. El narco sigue funcionando, ese método no está funcionando», indicó.
Y enseguida añadió: «El segundo punto es que detrás del mundo de la droga hay un negocio. Hay drogas blandas y drogas duras, todas son nocivas, inclusive tabaco y alcohol. Las duras son imposibles de admitir porque generan un daño físico enorme. Esto no se resuelve diciendo ‘legalicemos’. Uno puede legalizar la marihuana, Uruguay demuestra que no pasa nada. Hay que ver cómo abordamos el tema».