Desde hace algunos años las tecnologías de la Información y la Comuniciación (TICs) están cambiando nuestro modo de vida. En particular, en el caso de los servicios de medicina desde hace algún tiempo existen ideas concretas que demuestran la necesidad y la posibilidad de ir incorporándolas, visualizando una serie de beneficios tanto para el paciente como para el sistema sanitario en general.

La telemedicina es la prestación a distancia de los servicios clínicos respaldada por la infraestructura de las telecomunicaciones. Un método que propone mejorar la estrategia mundial de los tratamientos médicos.

Esta comunicación instantánea a través de imágenes, sonido y texto nos permite realizar una gran cantidad de consultas sin la necesidad de que el paciente se traslade a los consultorios. Es decir, es la posibilidad concreta de acceder a un profesional médico desde cualquier lugar y a través de cualquier dispositivo que se utiliza habitualmente en la vida cotidiana (celular, computadora, tablet, etcétera). Esto resulta altamente beneficioso para personas que viven geográficamente lejos de sus centros de salud de referencia pero también evita las salas de espera y posibles contagios así como las largas demoras en las visitas del especialista a domicilio, previene el autodiagnóstico y además supone el ahorro de una gran cantidad de dinero en el sistema de salud derivado de desplazamientos, urgencias y hospitalizaciones. También, en el plano académico permite brindar capacitaciones científicas a los profesionales y educación en salud al público en general.

En la actualidad y frente a este contexto mundial de la pandemia COVID-19 la telemedicina y en particular la teleconsulta representan dos grandes aliados a la hora de pensar en soluciones rápidas y efectivas en algunas cuestiones de salud.

Más allá del aislamiento social, preventivo y obligatorio, en el cual estamos inmersos gran parte de la población de todo el mundo, es fundamental que algunas consultas, tratamientos y chequeos no se abandonen para evitar un mayor riesgo a futuro. En estos casos es que la teleconsulta se vuelve una herramienta fundamental para pacientes oncológicos, en lista de espera para un trasplante, los que ya fueron trasplantados, pacientes con enfermedades cardiovasculares y otras patologías que requieren un seguimiento adecuado.

Ya lo aclara la resolución 282/2020 publicada en el Boletín Oficial el 1 de abril de este año,  considerando que ante este contexto extraordinario, el uso de plataformas de teleasistencia y/o teleconsultas es una herramienta idónea para poder garantizar las prestaciones de demanda esencial e impostergable y que también se deben garantizar por vía de teleasistencia todas las prestaciones que requieran continuidad de tratamiento, con el fin de evitar interrupciones que resulten en el empeoramiento grave e irresistible del cuadro de base.  

¿QUÉ ES UNA TELECONSULTA?

Es la búsqueda de información médica o asesoramiento por personal Médico local u externo, utilizando tecnología de información y telecomunicación. Puede desarrollarse entre pacientes y profesionales de la salud o entre estos últimos. En la actualidad, es la de mayor uso por ser la consulta médica la base de la práctica clínica de la medicina, representando el (35%) del uso total de las redes de la Telemedicina.

 

La comunicación entre el médico y el paciente puede realizarse vía directa o por medio de terceras partes, siendo su interacción en sincronía o asincronía.

 

·       Asincrónica: (almacenamiento y envío): se desarrolla con el envío de información clínica y su posterior asesoramiento y ocurre un tiempo después. Por ejemplo: la teledermatología donde se envían imágenes adjuntas en un mail para referir consultas o compartir casos clínicos. Los involucrados no tienen que estar presentes. También la teleoftalmología, teleneurología, otorrinolaringología etcétera. Es decir, son temas que no requieren una respuesta inmediata porque no son de carácter urgente o de gravedad.

 

·       Sincrónica: se desarrolla en tiempo real (permite agregar videoconferencia) involucrando la participación tanto de los pacientes como de los profesionales de la salud. Se utilizan habitualmente en Cirugía y Psiquiatría.

La Asociación Argentina de Cirugía reconoce que en estos tiempos de Pandemia la teleconsulta, tanto asincrónica cómo sincrónica, tiene grandes beneficios para el paciente:

 

ü  Disminuye la ansiedad y la preocupación ya que confirma que el diagnóstico y el tratamiento no son descuidados

ü  Genera empatía con el profesional médico quien está pendiente del desarrollo y la evolución

ü  Evita la exposición en centro de salud en caso que no sea necesario

ü  Evita el autodiagnóstico mediante la búsqueda de información disponible en la web

ü  Asegura la continuidad de la calidad de vida

 

 

En tanto, si queremos continuar profundizando sobre las otras opciones en telemedicina podemos hablar de:

 

·       Teleeducación: es una práctica educativa médica a distancia. La videoconferencia, por ejemplo, es uno de los medios más frecuentemente utilizados por los médicos para actualización o formación.

·       Teleeducación a partir de teleconsulta: un médico experto asesora o brinda información a un médico en formación. Vía internet: acceso a bases de datos, Medline, Cochrane, Librería Nacional de EEUU y del Reino Unido. Por cursos académicos con evaluación: hoy en día hay un gran auge de programas con esta modalidad. Por educación pública: educación médica a la comunidad, ejercicios, higiene, información en general.

·       Telemonitoreo: permite obtener información de rutina o especial con respecto a la condición del paciente (monitorear y obtener variables fisiológicas, examenes, imágenes)

·       Telecirugía: es el manejo a distancia con dispositivos tele-electrónicos y alta tecnología de telecomunicaciónes. Permite la visualización y la manipulación a distancia. Logra la resolución de problemas quirúrgicos a pacientes que por razones de inaccesibilidad, presencia en ambientes peligrosos, o factor de riesgo para el equipo quirúrgico, no pueden acceder a la atención habitual. Hay dos formas 1) Asistida (telementoring) asistencia de un especialista a distancia a un cirujano con el fin de desarrollar procedimientos quirúrgicos. 2) Telepresencial (robótica) manejo desde una consola de brazos robóticos y alta tecnología, en la misma institución, dentro del país o distinto continente. Este tipo de telemedicina es soportado actualmente por instituciones que desarrollan cursos académicos y trasmiten operaciones alrededor del mundo con el fin de teleeducar como por ejemplo el Instituto Europeo de Telecirugía con cursos de las especialidades quirúrgicas.

Cabe aclarar que esto de la telemedicina no es algo nuevo. Algunos países comenzaron a experimentarlo desde las décadas de los 80 y 90 y si bien en sus principios fue primitiva y algo costosa hasta entonces la tecnología ha avanzado y se ha abaratado mucho.

En síntesis, una vez que la pandemia haya pasado, la telemedicina mostrará que si bien no tiene como objetivo principal sustituir la atención primaria si puede complementarla habiendo confirmado que es una forma sostenible y efectiva de cubrir eventos de baja frecuencia y alto impacto, permitiendo evaluar y tratar más pacientes y posibilitando el acceso a opciones de tratamiento, alta complejidad, educación y otras cuestiones. En conclusión, el objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas, poniendo a disposición la innovación en el ámbito de la salud.

ASESORÓ: DR. ROBERTO CERUTTI. PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN ARGENTINA DE CIRUGÍA. MN 41050. COORDINADOR DEL PROGRAMA DE TELEMEDICINA DEL HOSPITAL BRITÁNICO DE BUENOS AIRES. 

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