Si hablamos de revolución, hacemos referencia a la necesidad de un cambio, de una modificación o de dar una vuelta más para permitir que surjan certezas ante tantas dudas en la historia futura. Pero si se gesta una revolución, es señal de que antes hubo situaciones desesperadas entre sombras que fueron haciendo necesarias esas transiciones, para poder pensar y soñar con un mundo mejor.
El 25 de mayo de 1810 fue un punto de inflexión en la memoria de nuestro país, gestado con la valentía y el compromiso de los grandes hombres y mujeres que en ese momento de la historia, vieron la necesidad de bendecir la comunión de los que pensaban parecido y actuaron en consecuencia, esperando un nuevo sol para todos los argentinos.
Es sumamente necesario que la semilla de la democracia surgida ese 1810 siga promoviendo los pensamientos compartidos entre todos, que sigamos comprometidos para llegar a un buen acuerdo, no con el fin de que todos pensemos igual pero sí con el propósito de arribar a un pensamiento común, donde lo que sea bueno lo sea para la mayoría de las personas.
Debemos trabajar de manera mancomunada y colaborativa, esforzarnos por construir una sociedad más compasiva, con equidad, más empática y más unida que nunca. Ojalá que nadie pierda la esperanza de que un mundo mejor es posible, las tormentas nos hacen mas fuertes y por suerte nunca duran para siempre. Viva La Patria!!!!