Dentro de mis limitaciones humanas, pero con la ayuda de la Gracia de Dios,  y la colaboración de los Diáconos Permanentes, e innumerables laicos comprometidos en la tarea evangelizadora; he tratado de ser fiel a lo que la Iglesia me pide en la persona del Obispo:  dejar lo mejor para todos; que puedan conocer desde la fe, “al Buen Pastor Resucitado”, que nos dona el Espíritu Santo para que seamos sus discípulos y misioneros en las comunidades en las cuales servimos.

Hoy siguiendo el mandato del Señor, que me dice: «también a otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado» ( Lc.4,43.); me despido de ustedes, y los invito a seguir disponiéndose a recibir con inmensa alegría al nuevo Párroco  Padre José María Mezzabarba, que asumirá en la celebración eucarística presidida por nuestro Obispo diocesano Monseñor Luis Alberto Fernández,  a realizarse el próximo sábado 05 de mayo a las 19 horas.

Dios  premie en su Divina Providencia, la tarea en la construcción de una ciudad fraterna y solidaria donde la Fe y la Esperanza marquen el rumbo a todos sus habitantes.

Que la intercesión de nuestra Patrona La virgen del Carmen, los Bendiga y acompañe.

Hugo José Barbero

 

Señor………..

Con inmensa gratitud llego a ustedes con el fin de expresarles, como sacerdote y amigo, un sentido agradecimiento por estos años compartidos en esta querida ciudad de Ceres, erigida bajo el manto de la Virgen «Ntra. Sra. del Monte Carmelo».

Me llevo en mi corazón sacerdotal rostros y acontecimientos que fueron haciendo huellas en estos años de siembra del Evangelio de Jesús.

La misión del sacerdote es hacer presente el mandato de Jesús, que al iniciar su apostolado en la sinagoga de Nazaret, nos dice con el profeta Isaías:

» El Espíritu del Señor está sobre mi, porque me

ha consagrado por la unción.

El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres

a anunciar la liberación a los cautivos  y la vista a los

ciegos, a dar la libertad a losoprimidos y proclamar

un año de gracia del Señor.

(Is.4,18-19).

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