El sábado pasado, la imagen del desmayo de Santillán fue impactante. Una vez finalizado el combate, levantó los brazos en señal de victoria y saludó al público, pero luego comenzó a evidenciar molestias físicas, incluso desde antes de la lectura de las tarjetas.
Mientras se lo ve a «Dinamita» confundido, perdiendo el sentido del lugar y el espacio, uno de sus asistentes lo sostenía por la espalda. Una vez que se escucha el fallo del combate -los jueces decidieron que hubo empate y por ende que el uruguayo retuvo el título-, el boxeador se desvaneció en la lona y tuvo que ser asistido por un equipo médico con ayuda respiratoria. Luego de cinco minutos de atención sobre el cuadrilátero, el púgil argentino fue trasladado al hospital.
Durante el combate que igualó ante el uruguayo Eduardo Abreu en la localidad santafesina, Santillán había sufrido un traumatismo de cráneo severo.
La historia de Hugo Santillán como pugilista profesional comenzó hace cuatro años. Nacido en la localidad de Ceres, el boxeador de 23 años, padre de 3 hijos, fue campeón sudamericano y latino superpluma de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Su récord fue de 19 victorias (8 por nocaut), siete derrotas y un empate.
A pesar de que el boxeador tenía suspendida la licencia hasta el próximo martes 30 del corriente, por decisión de la Federación Alemana, tras la derrota que sufrió en junio pasado con el armenio-germano Artem Harutyunyan, en Hamburgo, esta decisión no incluía a combates en Argentina