Jóvenes entre 16 y 18 años que se encuentran en la órbita de programas de justicia penal juvenil, se capacitaron como operarios metalúrgicos y el viernes recibieron sus certificados en un acto que se llevó a cabo en Rosario, con la presencia de sus familiares, autoridades del área y el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan Lewis.

Ésta es la segunda vez en el año que se realiza un curso de estas características, es decir de diez clases de cuatro horas cada una, a lo que se sumó una visita al Parque Industrial de Alvear. En ambos casos las clases se dictaron en la sede de la Dirección de Justicia Penal Juvenil de Rosario, y estuvieron a cargo del Instituto Tecnológico Censabella de Alvear con el acompañamiento pedagógico y asistencial de operadores juveniles y profesionales del programa provincial Libertad Asistida.

“Estos programas encierran el verdadero germen de la transformación y deben ser prioritarios, son muy importantes para los jóvenes y para la gestión”, señaló el ministro Lewis durante el acto, al tiempo que felicitó al equipo de trabajo y al Instituto Tecnológico Censabella.

En ese sentido, el ministro destacó la tarea que esta institución viene realizando en favor de la sociedad civil. “En esta hora que le toca vivir a la comunidad, cuando muchos sólo muestran opciones relacionadas con la represión, hay todavía gente que confía en que se puede construir algo entre todos, y en que podemos vernos como iguales y como semejantes, trabajando en conjunto para superar cualquier problema”.

«Es importante que lo que ustedes han hecho –dijo el ministro dirigiéndose a los jóvenes– pueda llegar a oídos de los jueces y de la sociedad: uno puede haber tenido la historia que sea pero tiene también la oportunidad de hacer algo diferente».

Por su parte, el director del Instituto Censabella, Mario Abriatta, señaló que “adquirir conocimientos es la única herramienta que les permite a los individuos ir para adelante y desarrollarse en la vida”.

Asimismo, el profesor Luis Tosto destacó que el curso de formación “llegó a buen término” y que, gracias a esta capacitación, los jóvenes podrán acceder a otros cursos superiores. “La capacitación es muy importante para el día de mañana”, destacó Tosto.

En este sentido, la coordinadora del Programa de Libertad Asistida de la Dirección de Justicia Penal Juvenil, Marcela Salvai, señaló la importancia de las medidas socioeducativas “en el marco de un conjunto de acciones” que se llevan adelante, entre ellas la capacitación laboral. “Trabajamos sobre el respeto a la libertad, que es un derecho humano fundamental, y sobre esa base se intenta forjar una expectativa futura”, aseguró Salvai al tiempo que anunció que “se van a hacer más cursos de capacitación”.

En el acto, que se llevó a cabo en la sala de audiencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, veinte jóvenes en total recibieron su certificación (el primer taller había sido aprobado por diez adolescentes). Además del ministro Lewis, estuvieron presentes la subsecretaria de Asuntos Penales, Débora Cotichini, y personal del área.

Desde la Dirección de Justicia Penal Juvenil indicaron que “estos espacios apuntan al desarrollo personal y a la inclusión social de adolescentes en conflicto con la ley penal. Esta capacitación les da herramientas para incorporarse al sector metalúrgico”. Las autoridades agregaron que “los beneficios del taller trascendieron el cursado en sí mismo, ya que permitió dar respuestas a necesidades planteadas por los jóvenes como por ejemplo la inscripción y reincorporación escolar, actualización de DNI, continuidad en especialización laboral, acompañamiento para la inclusión en los diferentes Centros de Convivencia Barrial y tramitación de franquicia estudiantil”.

La Dirección de Justicia Penal Juvenil depende de la Subsecretaría de Asuntos Penales y representa la faz ejecutiva de medidas socioeducativas ordenadas judicialmente que los jóvenes imputados de cometer delitos deben cumplir a través de distintos institutos o programas, priorizando aquellos que los jóvenes desarrollan en libertad. El programa Libertad Asistida y Vigilada es uno de ellos, que en Rosario funciona en Dorrego 950.

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