A partir de enero próximo las empresas lácteas deberán referenciar el 85% del pago de la leche por contenido de sólidos y calidad higiénico-sanitaria (en una proporción mínima del 65% para grasa y proteína y del 35% restante para calidad). El 15% restante podrá pagarse como bonificación.

Además de modificar el porcentaje actualmente vigente (80-20%), la resolución 189/14 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca dispone que “antes del quinto día hábil del mes en curso de entrega de leche a liquidar” las empresas lácteas deberán informar a sus tamberos proveedores “el precio por kilogramo de grasa y proteínas con destino mercado interno y/o externo, respectivamente, como así también el porcentaje de proporción y/o participación de los mismos y la o las fechas de pago”.
Los encargados de originación de leche de distintas compañías lácteas están evaluando por estos días el impacto que la medida tendrá en el sector productivo. Se prevé que, si bien parte de los tamberos pasarán a cobrar un precio superior, otros no registrarán mayores cambios y un tercer grupo comenzará a recibir descuentos por contar con un producto de inferior calidad.
Si bien es probable que, una vez implementado, el nuevo régimen genere quejas por parte de los tamberos afectados, lo cierto es que los datos muestran que el precio recibido por la leche no es un factor crucial al momento de determinar la sustentabilidad de una empresa lechera

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