El Jueves Santo es el día en que se conmemora la última cena, con la que Cristo saludó a los 12 apóstoles y perdonó a los que lo habían traicionado. Un día que avanza el llamado “triduo pascual“, que en sí mismo ocupa los días del Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Pascua. Estos son los días que representan la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo.

Además de conmemorar la última cena, el Jueves Santo rememora el lavado de los pies de los apóstoles por Jesús, la agonía y la oración de Cristo en Getsemaní y el arresto de Jesús.

La última cena

La Última Cena es una comida pascual que Jesús compartió con los Doce apóstoles, dando a la tradicional Pascua un significado radicalmente nuevo: ahora es Él quien se convierte en el cordero del sacrificio. Los cristianos han visto en esta celebración la institución de la Eucaristía, en la que el pan y el vino realmente se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

El lavado de los pies de los apóstoles

En la última cena Jesús, el Maestro (Rabino), realiza un acto escandaloso: se quita la túnica y comienza a lavar los pies de los discípulos, una tarea generalmente reservada para un esclavo. Es un resumen de todo su mensaje: Jesús vino para servir, no para ser servido.

La agonía y oración de Cristo en Getsemaní

Cuando terminó la comida, Jesús se levantó y rompió los límites prescritos por la ley judía, cruzando el arroyo Cedrón, la frontera de Jerusalén. De esta manera, dejó la seguridad prometida dentro de Jerusalén, la ciudad de la salvación. No temiendo el caos, no apartándonos de él, sino entrando en sus profundidades, en las garras de la muerte. Jesús puede hacerlo porque conoce al Padre, conoce la belleza y la luz que proviene del amor del Padre. Él sabe que la luz es más fuerte que la oscuridad y que el amor de su Padre nunca lo traicionará. Los discípulos, por otro lado, están agotados y se duermen, sus temores los aplastan. Se alejan de la realidad y se refugian en sus sueños.

El arresto de Jesús

Después de una de las más hermosas oraciones a Dios Padre que se ha recitado (Juan 17), Jesús se enfrentó a los que querían arrestarlo. Dejando la mesa donde habían cenado, Judas aparece de nuevo en la escena. La “compañía” que lleva consigo muestra la realidad de su corazón: llega con armas, violencia, odio e injusticia, traicionando a Jesucristo.

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