El pasado lunes, en la vecina localidad de Hersilia, los vecinos se manifestaban , en una caminata pacifica desde la Plaza San Martín hasta la comisaría local, pidiendo por la aparición con vida de Silvia Quinteros, quien faltaba de su hogar desde el pasado 28 de julio.

Según trascendidos, Silvia se había dirigido a la casa de su hermana dejando a su cuidado a sus tres hijos, producto de una relación con Juan Piedrabuena (hoy detenido y acusado de su asesinato) sobre quien pesaba una orden de restricción de acercamiento a la mujer.

Desde ese momento, nada se supo, fehacientemente, sobre su paradero, lo cual movilizó a la comunidad entera a marchar y pedir celeridad y eficacia a las autoridades locales  que no tenían respuestas precisas para la familia y los vecinos.

Ayer, en horas de la siesta, comenzaron los operativos de rastrillaje que involucraban a canes rastreadores con resultados positivos: En un descampado de Hersilia, semi-enterrado se encontró el cuerpo, sin vida, de una femenina, que sería Silvia Quinteros.

Las redes sociales se llenaron de descargos y pedidos de perdón para Silvia, por no haber escuchado sus pedidos a tiempo, por haber ignorado su miedo y por no haberla encontrado a tiempo.

Ahora tres niños quedarán sin su madre, y con un padre acusado de ser el autor del asesinato de una mujer que manifestó su temor como pudo, pero que no fue escuchada por la justicia, una justicia que no supo cuidar de ella.

 

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