Las proyecciones dentro de la industria son optimistas para el primer semestre. La tonelada de leche en polvo podría estar arriba de u$s 5.000Inversion. Con mejores precios y perspectivas, la industria en la región invirtió en 2013 para lanzarse al negocio de la exportación de leche en polvo.
La lechería argentina cerró un 2013 complejo: por un lado los productores volvieron a respirar luego de aquel nefasto 2012, pero desde el crecimiento de la actividad, se estima que no se llegaría a los 11.800 millones de litros del ciclo anterior. Si bien las expectativas para el primer semestre de 2014 son buenas, la cadena no termina de despegar.
El dato más saliente del año pasado en la actividad lechera, sin dudas, fue la recuperación del precio percibido por el productor, que tuvo que soportar durante 2012 valores planchados que en muchos casos estuvieron por debajo de la línea de costos, lo que puso en riesgo la continuidad de muchas empresas tamberas de la principal cuenca del país.
En ese sentido, el 2013 significó un año de sinceramientos en los valores recibidos por el productor que, hacia fin de año, vio cómo el valor de la materia prima comparado con el año anterior creció en torno al 40%, dependiendo de cada usina receptora.
Visto así, y siempre haciendo eje en la cuenca lechera central (Rafaela), el año que concluyó fue positivo para el sector primario, aunque a esta situación hay que descontarle ciertos factores que terminan por dejar un balance neutro.
Por un lado, el contexto inflacionario del país se ubicó prácticamente al nivel de los aumentos de la materia prima, con el agravante de que la devaluación por goteo que evidencia la moneda nacional fue licuando la renta de los tambos.
Por otro lado, la sequía del invierno —entre junio y septiembre llovieron sólo 40 mm en el centro de la provincia— menguó las pasturas y provocó el rápido agotamiento de las reservas forrajeras del verano, lo cual incidió en la merma de la producción. Se estima que 2013 arrojará un volumen interanual sensiblemente inferior al global de 2012, de 11.800 millones de litros.
Y por último, la ola de calor de diciembre, que impactó fuertemente en la producción y el estado corporal de los rodeos en la cuenca central del país. Si bien aún no hay números oficiales al respecto, esos 18 fatídicos días de fin año provocaron una caída del 15/20% en el volumen de leche a causa del estrés calórico, impactando definitivamente en el acumulado nacional para decretar “tablas” con 2012. Incluso, algunos informes privados hablan de una caída del orden del 2% respecto al ciclo anterior, aunque para ello habrá que esperar los números oficiales.
Proyecciones. El año comenzó con un precio de $2,25 a $2,38/litro para el productor tambero (por la producción de diciembre) con la factible expectativa de que hacia marzo el valor del litro en tranquera de tambo esté rondando los $2,50/litro. Lamentablemente, la escalada inflacionaria de los insumos de producción, el aumento del combustible y la baja estacional de la producción, obligan al productor a realizar números finos en el libro diario.
Igualmente, varias entidades vinculadas al campo reconocen que el aumento en el precio de la leche durante 2013 fue considerablemente superior: “En términos interanuales, el precio de la leche ha reflejado un aumento corriente del 43%, pasando de $1,58/lt en noviembre de 2012 a $2,26/lt en noviembre de 2013”, señaló en su informe de enero la Funpel, institución multisectorial que integran productores, industriales y analistas calificados de la lechería nacional.
La Mesa de Productores Lecheros de Santa Fe (Meprosalfe) emitió un comunicado en el que afirma: “Vemos un primer semestre auspicioso, con un mercado interno sostenido y uno internacional por arriba de los 5.000 u$s/tn en leche en polvo entera”.
Estas expectativas positivas de los productores se apoyan en argumentos sólidos y reales. Durante 2013, el tambo que pudo trabajar ordenadamente y en escalas de eficiencia aceptables, pudo salir de la delicada situación financiera perpetrada por el 2012; incluso muchas empresas lecheras de la cuenca ampliaron sus instalaciones o reabsorbieron tambos más pequeños que no soportaron aquella crisis.
A su vez, muchas industrias líderes de la región invirtieron durante 2013 en la ampliación de sus plantas de procesamiento y otras firmas nuevas se lanzarán al negocio de la exportación de polvo, cuyas estructuras comenzarán a funcionar a pleno en pocos días más, haciendo prever otro dato auspicioso para los productores: mayor demanda de materia prima en un contexto de escasez significa mayor competencia y mejores precios.
Por Gabriel Dobler
Fuente: La Capital