La comunidad de Monigotes vivió intensamente una jornada emotiva, al inaugurarse la obra de restauración de la tradicional Sinagoga Tifheres Israel (belleza de Israel), dentro de las actividades del 1er. Encuentro de la Colectividad y Ex Habitantes de Monigotes al que asistieron el vicegobernador de la provincia Jorge Henn y los senadores provinciales por San Cristóbal Felipe Michlig (UCR) y Rosario Miguel Lifschitz (PS), ambos del Frente Progresista Cívico y Social.

Las autoridades fueron recibidas en la comuna de Monigotes por su titular, Marcelo Gerosa, donde se hicieron presentes también los diputados provinciales Inés Bertero y Edgardo Martino; la subsecretaria de Municipios y Comunas, Alejandra Dupouy; el  administrador de Vialidad Provincial, Juan José Bertero; otros funcionarios provinciales; los presidentes comunales de Suardi Hugo Boscarol, Curupaity Hugo López, Dos Rosas y La Legua Hugo Frank, Arrufó Cristian Piumatti, La Rubia Danilo Martinotti, Palacios Claudio Biaggini, Colonia La Clara Héctor Giordano, Colonia Bossi Daniel Manavella, Moisés Ville Osvaldo Angeletti; y visitantes de distintos lugares de Argentina y de países extranjeros.

El acto central tuvo lugar en la remozada sinagoga Tifheres Israel donde se realizó una ceremonia religiosa presidida por el rabino Daniel Dolinsky de Rosario, en la que participaron el cantor litúrgico Boris Krupnik (nacido en Monigotes) y el rabino y Jazán (cantor litúrgico) Emérito de la Comunidad Bet-El de Méjico y también oriundo de esta localidad.

Luego se concretó el acto protocolar, se entregaron las declaratorias de Interés de las Cámaras de Diputados y Senadores de Santa Fe y usaron de la palabra para destacar el acontecimiento el presidente comunal Gerosa, el senador Michlig y el vicegobernador Henn, quienes coincidieron al destacar la importancia del evento vivido en Monigotes, la puesta en valor de la Sinagoga y la posibilidad del reencuentro de los habitantes de esta población.

Como símbolo de la convivencia lograda en Monigotes, el rabino Dolinsky se unió en un abrazo fraterno con el cura párroco Marcelo Ferrero y, después del desarrollo de los actos formales, se sirvió un almuerzo que permitió el reencuentro y compartir recuerdos, con cantos y danzas alusivos al folklore argentino e israelí, donde la puesta en valor de un edificio emblemático fue el símbolo de lo que genera el sentido de pertenencia, el amor al terruño y el rescate de los valores espirituales y materiales.

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