Recientemente, se informó desde el Registro Único Provincial de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (Ruaga), dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que en 2017 y 2018 el 50% de las vinculaciones para adopción que se concretaron en la provincia correspondieron a chicos mayores de ocho años.
En ese marco, resaltaron que se trata de “una tendencia inédita a nivel nacional, donde solo el 1% de los aspirantes se anota para adoptar a niños a partir de esa edad”. En 2016 se habían adoptado 49 chicos en la provincia, de los cuales solo tres tenían más de tres años. El balance, 12 meses después, reflejó que de 102 vinculaciones, 55 corresponden a niños entre ocho y 18 años. En 2018 pasó algo similar: se concretaron 115 procesos de adopción, 57 de los cuales eran de adolescentes.
Este lunes, en diálogo con la prensa, Matías Figueroa, secretario de Gestión pública, se mostró muy conforme con los datos difundidos y dijo: «Estamos muy contentos, porque luego del trabajo de los últimos dos años, podemos tener un resultado positivo en las adopciones. Con chicos y chicas de más de ocho años en 2016 no teníamos ningún tipo de adopción y luego de un gran trabajo de concientización, hoy podemos tener el 50% de las adopciones en la provincia».
En ese orden de cosas, el funcionario detalló que en la mayoría de los casos, por la falta de aspirantes a guarda, esos chicos llegaban hasta los 18 años en instituciones. «No tenían una familia, un hogar, o un proyecto de vida que los acompañe. Creo que estos jóvenes que tienen una nueva oportunidad, es lo mejor que nos puede pasar como sociedad», resaltó.
Consultado de cómo y por qué se pudo “cambiar el paradigma” de adopciones en Santa Fe, afirmó que tiene que ver con una decisión de contar a la sociedad cuáles son los niños reales que están en procesos de adopción. «Empezamos a explicar cuáles son los casos en los que no había familia y apelamos a la sociedad. Todos tienen derecho a tener una familia y no solamente los chiquitos de cero a tres años y es lo que encontramos en respuesta de la sociedad», subrayó Figueroa.
En ese sentido, atribuyó también el cambio a las charlas abiertas a grupos de padres adoptivos, con los equipos del Ruaga, en los cinco nodos de la provincia. Sostuvo que esas instancias han servido para evacuar dudas y desmitificar la lentitud de la adopción. A la par, señaló que también se aceleró la tarea interna. «La burocracia del propio Estado que se intentó optimizar a nivel máximo y las convocatorias públicas pusieron en escena que esos casos concretos no tenían respuesta. Eso hizo que muchos se inscriban para el caso concreto, pero también para otros casos de manera permanente a los que les pudimos ir encontrando respuesta”, explicó.
A su turno, la directora provincia de Registros, Alejandra Kosak, resaltó el “esfuerzo de los equipos del Ruaga, y de los equipos de Niñez, en el acompañamiento de las vinculaciones”.
“Como Estado también es un nuevo desafío. Ruaga tiene siempre contacto permanente con los inscriptos, por lo cual hacemos talleres informativos para contarles cómo es el proceso. Hay muchos mitos con respecto a la adopción y empezamos a trabajarlos. Nosotros decimos que la familia cuanto mejor preparada está en esa espera, va a poder dar lo mejor a los chicos con los cuáles quiere vincularse”, concluyó.