El 13 de marzo comenzó el aislamiento social preventivo y obligatorio en nuestra Ciudad una semana antes que toda la Argentina, y hasta fines de abril se mantuvieron fuertes restricciones, tanto a la libre circulación como también para los trabajadores y comercios.

En ese primer mes y medio de cuarentena, solo estaban habilitados para circular y trabajar las actividades esenciales como la venta de alimentos, farmacias, personal de salud, seguridad, deliverys de comida, ferreterías, artículos de limpieza y la prensa, entre otras.

En las primeras dos semanas, también estuvieron cerrados los bancos. Las personas solo podían desplazarse para adquirir los productos esenciales, y siempre ir al supermercado o farmacia más cercana, las fuerzas de seguridad provincial se desplegaron para vigilar el cumplimiento de la norma en todos los puntos de acceso a nuestra Ciudad.

La vecina localidad de Selva se aislo completamente, llevando esto a lograr contener el virus.

Esperemos esta vez las autoridades locales tomen medidas más comprometidas con el cuidado de los Ceresinos y no esperar a que la autoridad provincial dictamine volver a Fase 1.

Es por demas de preocupante la situación que se esta atravesando en nuestra Ciudad.

 

 

 

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