La campaña, organizada por el Consejo Argentino de Oftalmología (CAO), consiste en una consulta donde se aplican gotas para dilatar la pupila y así observar las retinas, incluyendo la mácula y el nervio óptico para diagnosticar una posible retinopatía diabética. Es un proceso rápido e indoloro. Un dato importante: todos los diabéticos tienen riesgo de ceguera, pero en el 99% de los casos se puede prevenir.
La retinopatía diabética, como explica el CAO, es una complicación de la diabetes causada por el deterioro de las arterias y venas que irrigan la retina, una capa de nervios que recubre al ojo por dentro y cuya función es percibir la luz e imágenes que llegarán al cerebro. El daño en los vasos sanguíneos puede disminuir la visión o distorsionar las imágenes. Generalmente no presenta síntomas y los riesgos de desarrollarla aumentan con el avance de la enfermedad y con el mal control de la glucemia. Por este motivo, es fundamental que el paciente diabético asista al oftalmólogo al menos una vez al año.
“El objetivo es prevenir la ceguera por diabetes a través de un screening de la retina, identificando nuevos casos y/o determinando el grado de avance de la enfermedad. Si se diagnostica una retinopatía diabética, se deriva al paciente a realizarse otros estudios para acordar los pasos a seguir”, explicó el Dr. Juan Gallo, médico oftalmólogo del Hospital Universitario Austral.